Señoras y señores, queridos amigos, buena gente.
Estamos todos expuestos a las prisas totalmente comprensibles de conocer algo más del nuevo Real Zaragoza. Ya sabemos, a través de la comparecencia de Raúl Sanllehí en el Ayuntamiento sobre la Romareda, algunas de las líneas maestras de la propiedad.
Está claro que la mejora de la Ciudad Deportiva, una eficaz utilización de su estructura en beneficio de la primera plantilla, el equipo filial y el resto de categorías, es una prioridad. Pero antes se tendrán que renovar los terrenos de juego para evitar lesiones y mejorar el rendimiento de los futbolistas.
Ya comenté el otro día que aún no sabemos qué ha pasado con Luis Carlos Cuartero porque no se ha anunciado su destitución. Hay quien piensa que está de momento como Torrecilla o el director de comunicación, simplemente de relleno mientras se les busca una utilidad o salida. O que no les parece eficaz entrar y cargarse a personas que han sido importantes para la Fundación.
Tampoco sabemos la prioridad en cuanto a fichajes aunque van sonando nombres, los que pueden ser contratados o cedidos, o cómo se van a quitar de encima a tanto futbolista en un proyecto que debe ser renovado especialmente en el ataque.
Creo que es necesario que se despidan los que han vendido sus acciones para decirles adiós, que sepamos quiénes continúan y por qué, además de estar al tanto de las primeras decisiones del club para tranquilizar a la afición zaragocista.