Señoras y señores, queridos amigos, buena gente.
Para mi la mejor noticia del primer amistoso del Real Zaragoza fue la presencia de Carcedo con su equipo técnico y sus jugadores. La sensación de normalidad, la unión que parece existir entre la plantilla, favorecen pensar en que se está construyendo desde los cimientos y no desde el tejado, como en temporadas anteriores.
Es imposible hacer una valoración de cómo se encuentra el equipo. Está dando los primeros pasos, todavía faltan jugadores y hay que ver cómo están los adversarios porque la Liga en Segunda División es cada año más complicada y diferente.
Además de juventud y de calidad da la impresión que se conjugan positivamente los miembros de la cantera, que pasan ya a tener un papel y un peso destacado en el equipo, con las nuevas incorporaciones. Conocemos a Mollejo y a Molina y las expectativas de Giuliano son interesantes. Como la mayor implicación de jugadores como Grau, Gámez, Bermejo o Vada, entre otros.
Falta la llegada de un central que parece estar ya definido, un extremo izquierdo y, sobre todo, el hombre gol. Esa figura que no se ha encontrado las últimas temporadas y que ha provocado tremendos problemas de eficacia ofensiva en el equipo aragonés.
Hay que seguir trabajando, estrechando lazos entre el cuerpo técnico y la plantilla y llegar con absoluta confianza de competir desde el principio, sin regalar un solo minuto a los adversarios, que son muchos y con capacidad de competir en una liga larga, llena de trampas y donde no hay que olvidar la importancia del público; a poco que se le ofrezca a la afición blanquilla la respuesta será formidable.