Señoras y señores, queridos amigos, buena gente.
Si hace veinticinco años me dicen que nos acostumbraríamos a los partidos los lunes por la noche me hubiera parecido prácticamente imposible. Los domingos a las diez ya era suficiente complicación para organizar los desplazamientos, crónicas y entrevistas tanto en la Romareda como fuera de ella y había que estar pendientes de los programas nacionales de madrugada.
Para el público también es una molestia porque hay quienes deben desplazarse de municipios más o menos cercanos para ir al fútbol, los más pequeños tiene que echarse a la cama porque el martes es día de escuela y las personas mayores han de cambiar su rutina y es una paliza llegar tan tarde a casa.
Eso sí, los americanos y los chinos deberían disfrutar del espectáculo especialmente si es un Ponferradina – Mirandés o incluso un Leganés – Cartagena. Tampoco creo que hubiera hostias para el Málaga – Zaragoza. Desciende mucho el seguimiento a través de las plataformas televisivas de la Liga y también disminuyen por lo anteriormente comentado en el propio escenario del partido.
Por si no lo recuerdan el 27 de julio de 1992 el Club Deportivo Málaga desapareció. Los motivos fueron los de siempre, directivos sin preparación y endogámicos, no pagar los contratos de sus profesionales y una deuda imposible de asumir. 51 años de historia, 20 de ellos en la Primera División, quedaron en el baúl del fútbol malagueño.
Y si no cambian mucho las cosas podremos acudir a una segunda desaparición o, por lo menos, a la vergüenza de bajar a la tercera categoría del balompié español después de varios años bajo la propiedad del catarí Abdullah ben Nasser Al Thani, muy criticado por la afición andaluza.
Así las cosas el Real Zaragoza deberá salir con intensidad, confianza y la obligación de ganar en la Rosaleda lo que supondría otra vez situarse a siete puntos del descenso y respirar hasta el próximo partido en el Alcoraz, precisamente ante la SD Huesca. Donde van a estar pesadísimos los medios oficiales y vinculados al poder intentando darle una falsa importancia ante la cada vez más cercana llegada de las elecciones municipales y autonómicas después del 3-0 de la Romareda.