Señoras y señores, queridos amigos, buena gente.
Hasta ahora solamente se podían escuchar los movimientos en la cúpula de poder del Real Zaragoza por referencias. Raúl Sanllehí, el de la eterna sonrisa, asumía sus funciones como capataz junto a diferentes profesionales al margen del fútbol del grupo local anterior y llamados de otros clubes o entidades cercanas. De vez en cuando aparecía Jorge Mas con su aspecto amable y sumergido en el océano zaragocista como Poseidón y con el ejemplo del Inter Miami.
Ya les hemos comentado en Minuto 32 que el éxito de la inversión deportiva se encontraba en la construcción del estadio y la explotación durante setenta y cinco años de los negocios dentro del espacio Romareda.
Ayer, en su cuenta de twitter, José Francisco Mendi desveló a través del Boletín Oficial del Registro Mercantil que Juan Forcén y Fernando de Yarza fueron revocados como apoderados mancomunados del Real Zaragoza. Que ambos estaban dentro del club lo sabíamos hace tiempo, desde el principio en el caso del constructor, pero Yarza aparecía como en el limbo para que no se interpretase que el cambio en el club había sido solamente la entrada de inversores de riesgo pero que el funcionamiento era como antes.
Según la RAE, el poder mancomunado es el concedido a dos o más personas que han de actuar conjuntamente, al menos con la firma de dos de ellas y en el mismo acto o de forma sucesiva, para ejercer actos de dominio, de administración o de conservación y cuidado de bienes y derechos del poderdante.
En ambos casos son consejeros por cooptación, es decir, no son accionistas de la sociedad y su tiempo en el cargo es temporal. Cada uno tomará esta situación como la entienda o le parezca pero que el presidente del Gobierno de Aragón haya citado las inversiones extranjeras en los clubes aragoneses a la hora de conceder al CH Jaca la medalla al mérito deportivo como ejemplo por seguir no le ha sentado bien a los dueños del club, como tampoco los problemas puestos por la DGA a la hora de la construcción de la Romareda y los 75 años de explotación del negocio.