Artículo de Luis Serrano
Hace 13 años la UEFA aprobó el Fair Play financiero. Un reglamento que surgió tras la caída de los clubes en un acelerado endeudamiento seducidos por la voracidad de conseguir los más importantes éxitos en las diferentes competiciones. Para evitar este caos la organización decidió poner límites.
Con el Fair Play financiero la UEFA prohibió que el gasto en fichajes excediese en cinco millones sobre los ingresos de los clubes. En la temporada 14-15 redujo el máximo de deuda permitido de 45 millones a 30 y prohibió que los clubes tuviesen deudas pendientes con otros equipos, con sus jugadores o con las autoridades tributarias del país. En caso de incumplimiento, la UEFA se reservaba el derecho de no admitirlos para participar en sus competiciones. Desde entonces la aplicación de la norma ha tenido sus aspectos positivo y negativo.
En el positivo, es de destacar que se sanearon las cuentas de la mayor parte de los clubes. En el negativo, la severidad de la norma en plena pandemia puso en el límite de la supervivencia a numerosos clubes que en dos temporadas entraron en quiebra técnica. La UEFA ante esta situación se vio obligada a tomar medidas urgentes. La primera fue aliviar la presión sobre la evaluación de los déficits y con la segunda anunció el reglamento de las normas de juego limpio financiero. Pero equipos como el Paris Saint Germain y Manchester City que reciben grandes cantidades de sus propietarios, no tuvieron estos problemas.
Mientras, la Liga británica generaba un nuevo problema. Sus clubes obtenían y obtienen unos ingresos que les permite realizar unos traspasos millonarios que la mayoría de equipos europeos no pueden igualar. Identificados estos problemas por parte de la UEFA, y tras reunirse con todas las partes, el 1 de junio de 2022, aprobó el Reglamento de Sostenibilidad Financiera y Licencias de Clubes, que se basa en tres columnas principales: solvencia, estabilidad y control del coste.
Con esta norma, la UEFA limita y controla el gasto de cada club en salarios, traspasos y comisiones de agentes, alivia el equilibrio de las cuentas y relaja la presión sobre la cantidad de dinero que aporten los consejeros de los equipos de futbol al equipo. Establece el límite de gasto para la temporada próxima 23-24 en el 90%, para la 24-25 el 80% y a partir de la 25-26 el 70%. Para su control, la UEFA realizará las inspecciones y análisis de las cuentas de los clubes. Pero la mayor parte de los directivos consideran que la norma no será efectiva contra los ingresos millonarios de los clubes ingleses.
Es por ello que la UEFA ya está estudiando implantar un máximo en las cantidades totales que los clubes puedan dedicar cada temporada a salarios de las plantillas, a traspasos de futbolistas y a los honorarios de los agentes.
La UEFA reformará la norma del Fair Play Financiero con el objetivo de garantizar la sostenibilidad financiera y mejorar la responsabilidad en el fútbol europeo mediante requisitos de solvencia, estabilidad y control de coste. La nueva norma, que pasará a llamarse ‘Sostenibilidad Financiera’, exigirá el cumplimiento de las deudas vencidas y todos sus importes deberán estar al corriente antes del 31 de marzo. Además, se incidirá en el patrimonio neto, que debe ser positivo a 31 de diciembre de la temporada anterior a aquella para la cual se solicita la Licencia UEFA o haber mejorado un 10% respecto al 31 de diciembre del año anterior.
Ahora se medirá el equilibrio en los resultados, complementado con aportaciones de capital de una manera limitada y razonable. Permitiendo desfases de hasta 10 millones para aquellos equipos que no hayan tenido problemas financieros. De esta manera la UEFA hace escucha de los requerimientos de los clubes y confía en tranquilizar a la mayoría de los directivos.
¿Hasta cuándo?