Señoras y señores, queridos amigos, buena gente.
A medida que se va acercando el Real Zaragoza a esa falsa meta de los cincuenta puntos cada vez aumenta la sensación en determinados jugadores que tienen que poner interés y esfuerzo en no perder y así llegar al final. Para muchos será un triste adiós porque las expectativas que ellos creyeron que podían tener firmando por el club aragonés han fracasado. Como ellos también a la hora de enfundarse una camiseta que, hoy por hoy, solamente tiene historia y títulos pero que representa una de las peores épocas del club, si excluimos el descenso a Tercera en los años cuarenta del siglo pasado.
No han sido solamente ellos, sino la mayoría del centenar largo de jugadores que han llegado con su contrato o cedidos, excepto quienes han conseguido mantener el nivel goleador de un equipo que históricamente salía al terreno de juego a ganar y con una clara vocación ofensiva. Pero esos llegan, consiguen su éxito y regresan a sus clubes o son traspasados.
Lo mismo ocurre con los entrenadores, que han pasado de todo tipo, edad, experiencia y proximidad. Si exceptuamos cuando la pandemia evitó la presencia de público en los estadios, con Víctor Fernández se luchaba por la primera plaza pero el parón y no sabemos qué otras circunstancias, fulminaron al equipo. Con Natxo González también se pudo llegar a pensar en el ascenso pero unas declaraciones a destiempo sobre su futuro terminaron con la aventura. Y con Ranko Popovic es cuando más cerca se estuvo de tocar el cielo en Las Palmas.
Ahora, escondidos en la bodega los de siempre, con un timonel veterano pero sin liderazgo, con marineros a los que no les gustan las tormentas ni la mar gruesa, con patrones de arcas millonarias en el puerto, se espera que llegue una vieja nave que en otros tiempos cruzaba los mares y traía a sus familias alimentos, oro y fama.
Consiste en llegar. Como sea, aunque se produzca a nado los últimos metros y con las barcas de remos. Y cambiar otra vez el grupo arreglando en los astilleros hasta convertirla en nueva, la nave insignia de esta Comunidad.