Señoras y señores, queridos amigos, buena gente.
Consiste en disfrutar porque el fútbol es una ilusión, una forma de compartir nuestras sensaciones con los demás a través del punto de referencia del club que sentimos en el corazón. Además se trata del mejor momento atravesado por el Real Zaragoza desde hace mucho tiempo y con expectativas lógicas de éxito.
Pasan los días demasiado lentos porque la excitación por acudir a la Romareda o ver el encuentro a través de la televisión es enorme. Y eso que la presencia de la Vuelta Ciclista a España el jueves o los partidos de la selección nacional ayer nos han transmitido sensaciones interesantes.
Casi nada lo del 0-6 en Malta con Iván Azón y Francés y un lujo el 1-7 en Georgia con el seleccionador arrepentido por los aplausos a Rubiales que en la Inquisición se volvió en contra de su mentor.
Todos estamos a la espera de los cambios obligados de Fran Escribá por la convocatoria de Iván Azón y de Francés y cómo quedará Maikel Mesa después de los dos últimos encuentros: es posible que salga de la formación titular o que regrese a una posición más cercana al área.
Si va a estar en perfectas condiciones Germán Valera, si tendrá su oportunidad Toni Moya o si Enrich y Vallejo serán de la partida. La posesión de balón, el 4-4-2, la iniciativa o no al comienzo del partido…
Demasiadas opciones para un entrenador que sigue mostrando tranquilidad al hablar, absoluto silencio con respecto a sus decisiones el domingo y la seguridad de un grupo de futbolistas muy concentrados y comprometidos con la afición del Real Zaragoza.
Y quiero, además, trasladar a los seguidores blanquillos que la Liga regular suma cuarenta y dos partidos y que se perderán algunos, como es lógico. Pero que eso no significará la ruptura de una progresión sino un contratiempo que, bien aprovechado, servirá para mejorar.
Por eso, calma, tranquilidad y paciencia. Que los caminos más largos tienen más dificultades y hay que aprovechar metro a metro el viaje.