Señoras y señores, queridos amigos, buena gente.
Como es habitual apenas se oye nada de interés sobre el presente o el futuro más inmediato del Real Zaragoza. Los marcadores tan ajustados de las últimas semanas, la vulgaridad del fútbol exhibido, que la afición esté anestesiada por una prolongación de vacío en los últimos meses cuando se alimentaban ilusiones con los inversores que se hicieron cargo del club, hace que se den por buenos los cincuenta puntos, todavía sin conseguir.
Cordero mira a jugadores como a Dani Ojeda para la próxima temporada y desea un equipo con cuajo y fajado como un boxeador veterano para ganar la sexta plaza dentro de un año. Veremos si asoma Ramis la nariz, buen amigo de Cordero, y cómo se desarrolla la revolución de la plantilla, con esa vuelta al espanto de las sinergias con el Pape Gueye como protagonista y el regreso de otros delanteros tan escasos de gol como sabin Merino.
De la Romareda parece que todo está hecho pero faltan las elecciones, la formación del gobierno municipal y que se acometa ese tema si tenemos en cuenta la toma de posesión, las alianzas, la cercanía del verano y las próximas elecciones a nivel nacional.
La Romareda, la nieve, los negocios de accionistas por cooptación, las empresas de representación de futbolistas, los escándalos como el arbitral de Enríquez Negreira, dejan oscuro el panorama futbolístico. Quizás por eso se tenga la boca tan callada.