Señoras y señores, queridos amigos, buena gente.
Los más veteranos tendrán en su memoria la década de los años noventa del siglo pasado cuando el Tenerife y el Real Zaragoza disfrutaban del fútbol en el Heliodoro Rodríguez y en la Romareda. Solari, Valdano, Cantatore, Jupp Heynckes y el propio Víctor Fernández entrenaron al conjunto chicharrero. Partidos con goles, juego excepcional, especialmente cuando el técnico aragonés y el argentino estaban en el banquillo de ambos clubes.
Recuerdo especialmente la temporada 1993/94 cuando el equipo blanquillo realizó su mejor temporada desde el subcampeonato de Liga conseguido veinte años antes y ganó la Copa del Rey en la Cartuja de Sevilla por penalties al Celta, posterior equipo del varias veces citado Víctor Fernández. En el partido de ida venció 6-2 en la Romareda el Real Zaragoza en un partido abierto de espectáculo inolvidable mientras que en la vuelta fue el conjunto insular el que goleó a los maños por 5-3.
Otra cosa que sufrieron ambos clubes fue que les entrenase poco después Juanma Lillo, que provocó el posterior descenso escalonado de los dos equipos. «Hemos jugado como nunca y hemos perdido como siempre», frase histórica del amigo de Guardiola.
Volviendo al principio da la impresión que ambos conjuntos están con la suficiente fuerza y moral para acometer esta Liga con decisión y hacer espectáculo sobre el campo tinerfeño. Igual me equivoco y demuestran el sábado una mayor contundencia defensiva y pelean como ciervos en celo para seguir invictos después de la tercera jornada de esta segunda división. Cada punto es fundamental y quedan, más o menos, sesenta y seis para conseguir el ascenso.