Señoras y señores, queridos amigos, buena gente.
Después de una agitada y breve estancia en Boltaña el Real Zaragoza ya ha entrenado en la Ciudad Deportiva y se prepara para su primer amistoso de la tarde, a puerta cerrada, contra el filial.
Se trata simplemente de un entrenamiento con algo más de intensidad y la primera piedra de una construcción que se observa con más tranquilidad e ilusión que en temporadas pasadas. Lo que se ha traído es bueno, acorde con lo que se pretendía, y esto hace que lo que falta por venir, acudiendo al eslogan del Real Zaragoza esta campaña, tenga un aspecto muy interesante.
Ayer pudimos escuchar a Jorge Mas desde Miami hablar sobre su relación con el Real Zaragoza con el propio Joan Laporta, que está en un arriesgado plan comercial, devolver la confianza de su afición al club después de fichar a Lewandowsky.
El Barça sin el polaco le hizo seis goles al equipo de Florida que se vio indefenso ante la calidad en ataque de los catalanes. Un marcador tan previsible como esperado por la diferencia entre el fútbol de franquicias norteamericano y el de uno de los mejores clubes del mundo.
Mientras tanto, en La Romareda, las cosas marchan a buen paso en cuanto a la preparación del estadio municipal para su partido internacional en septiembre. Con casi la mitad del coste de los trabajos por parte del CSD al ayuntamiento, la videovigilancia, los banquillos, los vestuarios, la zona de prensa y la sala antidoping estarán en condiciones de afrontar el partido ante Suiza.
Otra cosa será el mundial, aunque el consejero de urbanismo, Víctor Serrano, está convencido que la unidad será fundamental para afrontar con el Real Zaragoza y el resto de las instituciones algo tan necesario como la construcción de un nuevo estadio.