Se dijo antes del partido en la Romareda por parte del consejero Fernando Yarza en la COPE que la venta sería inminente, antes de finalizar el fin de semana. Hoy, en Heraldo de Aragón, se escribe que se cerrará mediado el mes de marzo. Y en medio de todo esto nos enteramos de la dimisión de Christian Lapetra como presidente del Real Zaragoza, que ya se había deslizado y supuesto, por su menor actividad en el palco y al no ser accionista sino consejero portavoz.
Se supone que Fernando Sáinz de Varanda será el sustituto y con ello habrá conseguido el título honorífico de presidir la institución aunque ya fuera un peso pesado como consejero delegado y apareciese ante los medios como habitual punto de referencia.
No tengo idea del tiempo que durará en la poltrona y si eso significará que será la persona que ejerza de puente entre la actual propiedad y los que vengan allende los mares.
Silencio y más silencio, dudas y más dudas con el adiós sin despedida de Lapetra, muy agotado por la presión soportada, y los últimos acontecimientos dentro y fuera del club con el estallido de la afición.
Sumar tres puntos es, simplemente, tirar de la cuerda para subir un poco en la clasificación y dejar algo más abajo a los perseguidores. Aún falta mucho para conseguir la permanencia y tendrá que mejorar deportivamente el equipo, muy lejos todavía de lo propuesto en la pomada descrita por Torrecilla y con el cambio de opinión de JIM sobre la hostilidad del público en las gradas de la Romareda.
Ahora, a esperar. A seguir escuchando cosas de un lado y otro sobre la venta, el recorrido empresarial de los compradores y la discreción con la que ahora se mueven los políticos en el entorno.