Señoras y señores, queridos amigos, buena gente. Ayer esperé unos minutos para grabar el comentario hasta la resolución de la campaña sobre el tercer uniforme del Real Zaragoza presentado por Francés.
El audio estaba ya en las diferentes plataformas antes de conocerse el fallecimiento de José Ángel Zalba de manera sorprendente. Ayer comentamos en el espacio twitter a las siete de la tarde algunos de nuestros testimonios del que fuera dos veces presidente del club con Laura Ferrer, Fernando Muñoz y Nacho Bonilla.
La Romareda, su estadio de siempre, servirá para que la afición en su antepalco le de su último adiós a una persona que comenzó muy joven su pasión por el liderazgo del club, no había llegado todavía a los 30 años. Comercial, siempre elegante y vinculado a las esferas de la Real Federación Española de Fútbol, era un presidente distinto a los anteriores, procedentes de familias asentadas económica y políticamente.
Construyó la Ciudad Deportiva, donde al principio podías asociarte y acudir a la piscina, cafetería, zonas deportivas y restaurante, y creó una directiva donde tenía gente de su confianza cono el Doctor Sampietro, Manolo Aznárez o Eduardo Gil.
Los subcampeonatos de Copa y de Liga, el 6-1 al Real Madrid o el descenso por la venta de Diarte al Valencia y la contratación de Jordao, que no encajó con el carácter del líder, Nino Arrúa, fueron algunos de los capítulos de los dos mandatos de José Ángel Zalba.
Fue precisamente Zalba quien entregó el club al primer presidente de una Sociedad Anónima Deportiva, Alfonso Soláns Serrano en 1992 después de la agónica eliminatoria frente al Murcia por evitar el descenso a Segunda División.
Zalba no tendrá la ocasión de disfrutar del ascenso de su club a Primera.