Señoras y señores, queridos amigos, buena gente.
Dicen que las buenas noticias son escasas y suelen durar poco tiempo especialmente en lugares donde es castigada su gente con frecuencia. La alegría del triunfo del domingo en el Principado ha quedado rápidamente contrastada por el parte de lesiones expresado hoy por el club. En cuanto a Víctor Mollejo, ya lo saben, sufre una fractura bimaleolar no desplazada en su tobillo izquierdo. De momento no hay plazos para su recuperación y el entorno es muy poco optimista. Se trata de un futbolista interesante para el Real Zaragoza que, al margen de sus altibajos, ha sido un jugador que siempre se ha comprometido con el club. Además la lista de sustitutos es muy escasa.
Para colmo se le ha detectado a Iván Azón una pequeña lesión a nivel distal de la musculatura isquiosural de la pierna derecha recibiendo un tratamiento específico y Sergio Bermejo sufre un traumatismo en la cresta iliaca derecha.
Como es lógico se desconocen los tiempos de recuperación de los dos últimos futbolistas pero en el caso de Azón se me ponen los pelos de punta al padecer tantas lesiones musculares desde antes del comienzo de la temporada.
Con lo que hay tendremos que remar y, en ocasiones, las dificultades hacen olvidar las controversias y disensiones para centrarse en conseguir una salida adelante digna. El ambiente del vestuario parece bueno según lo que se observa en el terreno de juego y la afición sabe premiar con su apoyo el esfuerzo y la lucha contra los elementos.
En consecuencia tenemos que sacar fuerzas de flaqueza y apostar por los nuestros en estos momentos de ilusión por lo visto en Andorra y de preocupación por el peso de las lesiones.