Señoras y señores, queridos amigos, buena gente.
Un martes es un día extraño para un partido de fútbol aunque sea festivo y a los dueños de la liga les encanten las jornadas intersemanales. Es verdad que juega antes España y así te vas animando para pasar una tarde frente al televisor bien tapado con una manta y con diferentes recursos comestibles y de bebidas de todo origen y tamaño hasta las once. Incluso después, para celebrar o intentar olvidar.
Aprovechando las circunstancias ha vuelto ofrecerse muy escasa información sobre el partido del Real Zaragoza en el Carlos Belmonte. Aunque tiene ciertos aires taurinos la denominación del campo, la referencia del estadio proviene del arquitecto que diseñó el proyecto de la construcción del estadio y que fue alcalde de la capital manchega en su inauguración.
Sabemos que está convocado Luna, que Escribá ha manifestado que nunca ha confirmado que Ratón fuese el meta titular y que es posible que haga cambios en todas las líneas. Pape Gueye practica otro fútbol, no es capaz de crearse por sí mismo las jugadas y nadie le alimenta de balones centrados para que utilice su cabeza como un ariete.
Es decir, que es el jarrón de Limoges que la tía abuela Eudivigis te dejó en herencia y que pones al lado de tu colección de coches de fórmula 1 en miniatura en el armario negro de Ikea. Pero Pape no es ningún regalo, pasa de hablar en español y pega tanto en esta delantera como la colección de laterales, extremos o interiores que tenemos en nuestra convocatoria.
Ahora solo consiste en ganar un segundo partido consecutivo, preparar la junta general con todos los consejeros, accionistas y abogados en las horas previas al partido Real Zaragoza – Huesca en la Romareda. Que menudo lío se puede montar con tanta gente importante en tu ruinoso estadio si los vecinos del norte vuelven a tomar la bandera del león derrotando a los supuestos dueños de la fortaleza.