Señoras y señores, queridos amigos, buena gente.
A mi me gusta ganar siempre aunque también se aprende perdiendo, está claro. Lo dicen todos los filósofos desde hace siglos y los coachs actuales para llegar a la tranquilidad del alma. Y posiblemente sea cierto, especialmente cuando se trata de un partido de fútbol y se vayan a cumplir once temporadas consecutivas en Segunda División. Se han fichado futbolistas con muchas posibilidades de éxito, aún falta todo el mes de agosto para cerrar las operaciones necesarias y la afición ha respondido como siempre, seguramente con algo más de ilusión por las posibilidades abiertas en el plano económico y en la reconstrucción de La Romareda.
El guardameta Montero fue el mejor del partido; detuvo hasta ocho ocasiones claras de gol con intervenciones extraordinarias y el Real Zaragoza pudo haber ganado el partido. Cinco minutos de menor intensidad favorecieron los dos goles del Millonarios. Lo positivo es que hay banquillo y que el nivel no descendió después de encajar tan rápidamente los goles.
Como este comentario no es una crónica, quiero destacar varias cosas aisladas y conjuntas, todas ellas positivas o que pueden ser interesantes de cara a esta temporada. Bakis marcó, con los cual la ansiedad ya ha sido disipada, porque tuvo otras dos ocasiones claras que despejó el portero de Millonarios. Marc Aguado mantiene el nivel de la temporada pasada y es un futbolista muy aprovechable, se puede jugar tácticamente de diferentes maneras. Maikel Mesa y Tony Moya estuvieron a su nivel de pretemporada, con Luna y Cuenca como canteranos destacados.
Quince mil espectadores, mucho ánimo en las gradas, la presencia de Oughourlian y Gustavo Serpa sobre el césped de la Romareda antes de comenzar el partido, además de acudir al Pilar junto a la plantilla y cuerpo técnico antes de saludar a la alcaldesa.
Por el buen camino, ahora no hay puntos en juego. El doce de agosto contra el filial del Villarreal comenzará la guerra.