Señoras y señores, queridos amigos, buena gente.
En el fútbol ganar no es lo más importante, sino lo único. Aunque se trate de un encuentro amistoso de pretemporada. Remontar el 0-1 ayer ante el equipo saudí dibujó la sonrisa en los seguidores zaragocista, del mismo modo que llegar al lanzamiento desde el punto de penalti dos días antes en Girona después del 0-3 de la primera parte.
Esta tarde se disputa el segundo partido de los tres cerrados en Marbella Footbal Center contra Al Naser. Y otra vez los ensayos, los cambios en la primera y segunda parte, las convicciones, las dudas y las necesidades.
A estas alturas Carcedo ya conoce los elementos claves de la plantilla, los que le sobran y los que le faltan de fuera. Mejorar en defensa, cerrar los cuatro titulares, saber cómo debe jugar con según qué centrocampistas cuente, la necesidad de extremos y el apoyo a Iván Azón. Su entusiasmo, pelea y capacidad de conseguir el gol pueden provocarle, si está solo, una ansiedad imposible de soportar.
Necesita la compañía, complicidad y confianza de un futbolista experto que le haga crecer y sobreponerse a los momentos difíciles de una larguísima temporada.
Creo que Carcedo está trabajando bien, con método, con la intención de construir un equipo sólido y sin fisuras, de presión alta, de balones al área y disparos desde la segunda línea.
Pero hace falta un punto más de calidad, de experiencia y de posibilidad de cambiar durante los partidos. La cuestión, como ya ha dicho el técnico riojano, es asumir una filosofía, no en seguir la táctica a pies juntillas pase lo que pase.