Señoras y señores, queridos amigos, buena gente.
No me gusta hacer constantes referencias al pasado cuando éste es inamovible y es fundamental vivir con intensidad el presente para crear nuestro futuro. Pero conviene recordar, haciendo un ejercicio de retrospección, que el fútbol tal y como lo conocimos antes del comenzar el siglo XXI ya no existe.
Dar una primicia ahora es imposible porque los clubes están cerrados a cal y canto y tienen sus medios de comunicación afines o de su propiedad. Incluso las agencias de intermediarios que gestionan los movimientos de jugadores con sinergias o sin ellas pueden estar por delante del director deportivo o del periodista fiel servidor del encargado del club.
Antes era diferente, cuando Avelino Chaves firmaba en la servilleta de papel de un bar el traspaso de un jugador sudamericano cuyo pasado no formaba parte de ancestros españoles. O Perico Herrera te daba pistas falsas sobre un futbolista pretendido por el club en un divertido juego de adivinanzas.
No conozco a la mayoría de futbolistas que podrían incorporarse al Real Zaragoza al margen de lo que se habla ahora por los diferentes altavoces digitales. Como aún no se ha constituído ni el Ayuntamiento de Zaragoza ni el Gobierno de Aragón, aún estamos a la espera de lo que se designe para los fichajes de Cordero con la Romareda como telón de fondo.
No podemos olvidar que la propiedad debe asumir cerca de veinte millones en concepto de compra de la deuda que arrastra el club y que desde el punto de vista de una persona sin ningún sentimiento zaragocista, lo más importante es ir cerrando el concurso de acreedores.
Seguramente será casualidad pero esta semana se ha dado a conocer que el alcalde de Miami, Francis Suárez de origen hispano cubano, optará a la presidencia de los Estados Unidos. Viajó a Zaragoza hace cuatro años con su mujer, Gloria María Suárez que fue bautizada en la basílica del Pilar. ¿Tendrá algo que ver con Jorge Mas? ¿Con la construcción del estadio? ¿Serán antagónicos?
La verbena del chismorreo, de las noticias con poso de realidad, del rumor inexplicable, del anzuelo de los intermediarios, está servida. Yo les aconsejo que tengan la virtud de saber esperar.