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Señoras y señores, queridos amigos, buenas gente.

En esta Zaragoza de nuestras entrañas estamos acostumbrados a crujir hasta la muerte a los nuestros para celebrar funerales con la iglesia llena. Es algo que provoca el cierzo, el Ebro o el remanente de las cuatro culturas de más de dos mil años reconocidas en nuestro asentamiento en el valle.

El regreso de Zapater a la formación inicial hace unas jornadas hizo que algunos comentasen que los treinta y siete años del futbolista y su cadena de lesiones eran un argumento fundamental para su retirada. Otros pensábamos que nadie mejor que él conocía sus valores y sus carencias y, en consecuencia, debía decidir el futbolista aragonés cuándo tendría que marcharse; porque él jamás perjudicaría al Real Zaragoza.

Cuando Cordero habló de un par de semanas para que el club tomase la decisión asumí que su salida estaba ya escrita; quedaba el cómo decirle adiós, preparar una gran fiesta en la Romareda y entregarle algún obsequio para que recordase el momento.

Tuve el honor de aplaudir a José Luis Violeta en su despedida del Real Zaragoza, el primer gran capitán, elegido entre los «Magníficos» y fundamental con los «Zaraguayos». Como también disfrutar de la etapa de Juan Señor que lució el brazalete con orgullo, de la misma manera que Xavi Aguado, líder pasional que dejó el fútbol por una lesión en momentos de luces y sombras. Ninguno de ellos fue tenido en cuenta para integrarse en el club y formar parte del recuerdo permanente de la historia.

Alberto Zapater, en marzo de 2007, declaró que prefería jugar la Liga de Campeones con el Real Zaragoza que acudir a la selección española. Era un futbolista de raza y un jugador generoso sobre el terreno de juego. Pero llegó el baile de fichajes y traspasos para jugar en el Génova, Sporting de Lisboa y Lokomotiv de Moscú, donde sufrió cinco años de infierno con sus lesiones de pubis y espalda.

De vuelta a Zaragoza estuvo casi un año con José Luis Ubieto recuperándose de su calvario y fichó por el Real Zaragoza en Segunda División hasta hoy.

Solamente espero que se le trate con la dignidad que merece, que se integre en el club de su vida y que sea capaz de afrontar una futuro diferente pero que signifique el regreso a Primera División con Zapater en el núcleo del Real Zaragoza.

Ortiz Remacha

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