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Señoras y señores, queridos amigos, buena gente.

Cuando transmití con mi padre mi primera final de la Copa del Rey, en 1986, me parecía lejano el año 2000; cuando cumplí cincuenta años pensaba que abordar la jubilación era algo que no iba a ocurrir nunca y ahora, cuando he llegado a los sesenta y cinco, me dan escalofríos al esperar los ochenta y cómo los asumiré si tengo la fortuna de vivirlos.

Todo ha pasado muy rápidamente excepto los peores momentos que se han desarrollado con lentitud y dolor aunque hayan servido para moldear mi carácter y llegar a la paciencia que busca el tiempo de actuar de manera implacable. Resulta excitante observar cómo los seres despreciables terminan desfigurando su carácter y caen en las trampas que ellos mismos ponen. Es cierto que con alguna ayuda provocada por influir en las personas de mi entorno y que lleguen donde yo no puedo. Es, sencillamente, delicioso. Admiro a Nicolás Maquiavelo y su acercamiento al diablo en su versión más humana.

Con mis años Paco Ortiz tuvo que dejar la radio después de una serie de homenajes inolvidables, incluido ser pregonero de las Fiestas del Pilar, aunque llevaba dos años sin ubicación en las instalaciones de la emisora y solamente colaboraba en el programa deportivo que yo dirigía en Radio Zaragoza. Fue cuando la cadena SER compró la emisora de los Muro y entendían que el cambio debía ser absoluto con nuevas voces en la antena; yo seguí hasta el 2001 pese al empeño de José Ramón de la Morena de borrarme del mapa por responderle con dureza en «El larguero» tras la final de Copa de 1993 en Valencia al denominar «paletos» a los seguidores del Real Zaragoza en el entonces Luis Casanova después del arbitraje de Urío Velázquez. Se quedó sin argumentos esa noche, con la totalidad de las posaderas al aire y mis intervenciones en la cadena se redujeron a Carrusel Deportivo mientras él exigía mi despido. No lo consiguió hasta ocho años más tarde y tras una inteligente negociación por mi parte para alcanzar una indemnización millonaria después de veinticinco años de trabajo en la emisora. Con dinero callaron la boca de quien tuvo todo el apoyo de la cadena para luchar contra José María García y que se derrumbó cuando el periodista que cambió la radio de la noche decidió colgar las botas. La deriva del nativo de Brunete terminó con una audiencia de vergüenza en Onda Cero y le invitaron a salir por la puerta de servicio.

Ser independiente desde hace algunos años en los medios de comunicación es peligroso. Yo nunca tuve problemas incluso cuando aún existía la censura antes del referéndum constitucional, ni cuando era mucho más crítico de lo que era común en Radio Zaragoza en los programas deportivos. Terminé distanciado de todos los presidentes antes de la llegada de las SAD y no tuve más que una escasa relación con los Soláns que se volvió inexistente con el descenso, la situación con Agapito Iglesias llegó a ser insostenible y con la Fundación desde el fallido ascenso en Las Palmas con Ranko Popovic se convirtió cada vez más tirante y complicada. Fue en esa época, incluso antes, cuando la intervención de Heraldo en la CARTV donde varias de sus productoras desarrollaban los contenidos de informativos, programas y deportes (excepto en Aragón Radio) procuraron que hubiera una voz única con respecto al zaragocismo.

Dejé de presentar «El Avispero» después de dos años, pocas semanas después de la llegada de los Yarza y Sáinz de Varanda a la propiedad por el peligro que podía representar con mis comentarios al no pertenecer al grupo y tener una productora propia; no continuó «Desde el fondo norte de Cracovia» donde el admirado Jorge Usón creó un personaje en el que me imitaba con el sombrero mejicano que llevé en la Romareda durante la última transmisión de esa temporada después de conseguir la permanencia unos días antes y que se hizo muy popular, como las imitaciones de Salvador Asensio y Valeriano Jarné.

Y poco después Pepe Quílez, que además de la dirección de Aragón TV asumía en verano de 2016 la dirección de Aragón Radio, suspendió durante una temporada «Tiempo Extra» para crear un espacio informativo sin opinión ni debates y polideportivo de media hora. Quílez volvió meses después a la dirección de la delegación de RTVE en Aragón que ya había ocupado y poco más tarde fue contratado por una de las productoras del Grupo Henneo que iba a concursar por los contenidos también de la radio. Después de otra negociación de la que disfruté dándole la vuelta al asado con quienes se creían más listos que un modesto comunicador solitario, conseguí la subrogación de mis trabajadores cuando el grupo se hiciera cargo de los contenidos y una temporada más en Tiempo Extra pactada con la Corporación con una duración de media hora y un editorial claramente asumido por mi persona y no compartido con la línea de opinión del medio público.

Llamadas continuas por parte del intermediario de turno, el capataz de la granja, midiendo el tiempo que dedicaba al Real Zaragoza y a la SD Huesca, o indicaciones negativas sobre la dureza de mis opiniones contra el hundimiento del club a las que respondía solicitando por escrito sus exigencias para que constasen documentalmente; jamás lo hicieron. Apenas había promociones de Tiempo Extra en la programación de la radio y todo eran inconvenientes a la hora de realizar este espacio que seguía teniendo una audiencia en directo y a través de los podcast de importancia.

Al final, en el último programa y durante cuatro minutos, me despedí comentando los motivos de mi marcha al no sentirme feliz, ilusionado, ni valorado por mi trabajo en los últimos años. Comentario que, con imagen y sonido grabé y subí a Twitter y Facebook con decenas de miles de visualizaciones. Todo dicho con respeto pero con claridad y contundencia, cuidando al máximo mis palabras que sabía iban a ser analizadas letra a letra.

No hubo ninguna despedida tipo Velázquez en sus redes sociales como «Desde el club queremos agradecer el trabajo y la profesionalidad de Julio y de su cuerpo técnico, y les deseamos toda la suerte en sus próximos retos profesionales y personales». Se eliminaron programas, nadie me llamó para despedirse e incluso una entrevista que había pactado para el día siguiente con Alberto Guardiola y Geraldine Hill fue prohibida por Ana Segura, coordinadora de contenidos y con la que mi relación desde 2005 fue complicada y difícil. Todo por quejarme al tener que cortar la transmisión de un partido de baloncesto porque comenzaba el informativo y quedaba menos de un minuto para su conclusión. Incluso tampoco aceptó que lo primero que hiciera el presentador fuera darme paso para narrar esos últimos segundos como la noticia más destacada del día. Tuve que grabar una breve crónica que se emitió al final cuando seguramente la audiencia se había marchado a otra emisora para escuchar el desenlace del encuentro. Al darme la razón desde la dirección al día siguiente comenzó su permanente actitud incómoda durante diecisiete años.

Aún así no creo que nadie mejore ni en la dirección, ni en los contenidos, ni en la puesta en escena, lo que produje en Aragón Radio durante casi diecisiete años: una final de la Copa del Rey, dos finales de la Eurocopa de Naciones (una de ellas ante catorce mil personas durante la Expo), centenares de transmisiones de fútbol y baloncesto, un equipo de doce personas con una profesionalidad y compañerismo extraordinarios y programas como «Tiempo Extra» que han marcado una época con sus contenidos y que parece ahora que desean retomar sin mi presencia, por supuesto, visto el fracaso de la audiencia de la radio y especialmente en los contenidos deportivos. Jamás podrán negar que fui la primera voz en agosto de 2005 desde el estadio Vicente Calderón aunque hayan decidido enterrarme en vida, ni que tenemos dos récords de programación deportiva de sesenta horas consecutivos en 2014 y 2015 con conexiones simultáneas con oyentes de los cinco continentes y la Antártida.

Lo mejor de todo es aprender, seguir tu vocación y llegar a crear el blog de minuto32.com con textos escritos como éste, «Expediente Chipirón», los audios del podcast de X (antes Twitter) y los videos de @minuto_32 en el canal de Youtube. Recuperando a compañeros como Salvador Asensio, Eduardo González, Laura Ferrer, Andrés Ramírez, Isidro Oliván y Alfonso Hernández; colaboradores habituales y de gran apoyo como Fernando Muñoz y Luis Serrano; comunicadores en las redes y en emisoras de radio como Jesús Jiménez (Chichus), Jorge Rodríguez, Sixto Genzor, Mario Jiménez, Adrián Oiz, Paco Vallejo, Álex Cuadrado, Luis Rodríguez, Rafael Ruiz, Nacho Bonilla, Jorge Serrano, Álex García o Edu Sánchez; sin olvidar seguidores de referencia como Javier Pais, Almudena Sopeña, Adrián Morales, Jeremy North, Eduardo Doñate, Kiko Alcalá, Pensador zaragocista, Nueva Romareda, Luis el Capi, Antonio Gracia, José Manuel Fábregas, León Mimoso, Alberto Ferrer, Ximo Ibáñez, Jorge Juan, DeyvixRZ9 y las colaboraciones de José Antonio Visús o Javier Paredes. Siento si me dejo a alguna persona habitual pero han intervenido un total de ciento treinta invitados en estas dos temporadas.

Con un seguimiento cada vez mayor y una fidelidad los lunes y martes en el podcast de @minuto _32 y los miércoles y las previas de los partidos en el canal de YouTube con la emisión en directo y redifusión en 8TV El Periscopio en la frecuencia 35 de la TDT que me estimulan.

No sé lo que se me ocurrirá de aquí a la próxima temporada pero admito todo tipo de sugerencias. Para mi lo más importante son los oyentes, los espectadores, los lectores y todas aquellas personas a las que puedo interesar con lo que expreso. La comunicación sincera, independiente, no formar parte del rebaño periodístico, no dejarme influir pese a las presiones, ni recibir dinero o cargos a cambio de mirar hacia otro lado.

Sé que estoy bloqueado por la oligarquía y por los políticos de uno y otro lado porque también los tentáculos de las grandes familias, empresas, constructoras, medios de comunicación y gente influyente impiden que se abra la puerta para formar parte de proyectos importantes. No me causa ningún sufrimiento, todo lo contrario, además que mi trayectoria en estos cuarenta y ocho años de actividad periodística va a ser difícil de superar. No voy a escribir el currículum que ya lo tengo en este enlace de la Asociación que presido, por si alguno quiere sufrir viéndolo https://www.ahradiodifusion.com/post/francisco-ortiz-remacha o echarle un vistazo a texto, imágenes, videos y sonidos que siempre resultan curiosos. Incluso el perrito que sirve con fidelidad canina a cambio de comida y caricias a sus dueños y que vela por el cumplimiento del anonimato de su tropel y de la sumisión más absoluta. Estoy viendo ya su caída dentro de la desesperación soberbiosa de su orgullo herido y sentimiento de inferioridad. Sé lo que dice, sé lo que hace y sé lo que pretende porque gente cercana a él me lo dice. José María García me enseñó en las dos vueltas ciclistas a España donde trabajé con él que es muy importante contar con la complicidad de personas muy próximas a nuestros enemigos porque en general no son respetadas tampoco por ellas. Compañeros de trabajo, empleados de la empresa, camareros, mecánicos, electricistas, fontaneros y demás individuos de su entorno; se habla muy alto en las comidas y cenas, los demás escuchan y saben a quién decírselo. Los poderosos pasan de tipos como yo que no somos ricos ni influyentes como ellos, ni nos codeamos con políticos y empresarios familiares de la burguesía, tanto de izquierdas como de derechas; para eso están los perros de la manada y al que le ponen el collar de «jefe». Yo he sido un trabajador por cuenta ajena, autónomo y administrador de dos sociedades, hijo de un locutor y una pintora, nieto de un herrero y un vinatero. El vinatero desterrado de Valdepeñas a La Coruña por rojo y el herrero amenazado de muerte en Burgos por estar casado con una mujer cristiana y hermana de un sacerdote.

Pues esto es lo que me apetece escribir hoy con motivo de mi sesenta y cinco cumpleaños. Agnóstico, sin apenas emociones pero positivo, con una paciencia cercana a la del santo Job y con la tranquilidad de un francotirador que dispone de escasa munición pero que tiene tiempo de elegir sus objetivos desde la distancia. Una hormiga en la trompa de un elefante, un inquisidor como Torquemada, un consejero de quienes tienen el poder para influirles sin que lo noten, poseedor de una enorme cantidad de información para ir soltándola cuando me interese. Como dijo Roberto Ludlum, «Los juegos del diablo no están restringidos al infierno; otros también pueden jugarlos». Como le dijo Al Pacino a Keanu Reeves en la formidable película Pactar con el diablo: “Yo no hago que las cosas pasen, ni obligo a nadie a actuar. Yo solo pongo el escenario.” Pues así me divierto en los últimos años, creando los momentos necesarios para que ocurran determinados acontecimientos que pueden llegar a parecer ocasionales o circunstanciales.

Por último quiero celebrar este sesenta y cinco aniversario con la buena gente, con las personas sinceras, leales, humildes pero al mismo tiempo combativas, rebeldes e incansables. Aunque no se gane la batalla, pese a terminar luchando solo contra guerreros bien armados. La historia recordará siempre a quien defendió su libertad, se negó a llevar las cadenas para poder comer o no cayó en su vanidad para ponerse al servicio incondicional del que paga y trabajar lo menos posible.

Que David venciera a Goliat se cuenta en la Biblia y pasó hace mucho tiempo; no recuerdo un hecho similar en los dos mil últimos años con una referencia histórica creíble. Se empieza a dudar ya del milagro de la pierna de Pellicer que disparó la fe en la construcción lenta de la Basílica del Pilar como argumento para las donaciones de los fieles. Y hasta la posibilidad de que la virgen María en carne mortal se trasladase desde las proximidades de Éfeso donde vivía tras su huída de Israel a Caesar Augusta para aliviar emocionalmente a Santiago en la cristianización de la ciudad romana a orillas del Ebro el 2 de enero del año cuarenta de nuestra era. Resulta complicado un desplazamiento de ida y vuelta de cerca de ocho mil kilómetros para una conversación entre ambos pero no voy a ser yo quien ponga en duda una tradición católica.

No es inteligente provocar a un anciano, amenazarle, aunque el agresor sea más joven o tenga armas para reducirle. El miedo ya no existe y se es capaz de todo como respuesta a la supervivencia, hasta morir si es necesario con el atacante. Incluso a terminar con el mundo más cercano porque ha llegado su momento. En consecuencia recomiendo prudencia e inteligencia a quienes menosprecien a los lobos solitarios por abandonar la manada y aparecer por sorpresa ante el riesgo de ser capturado o muerto. La última palabra no está nunca dicha y la diversión de quien es capaz de todo sin sentir nada se disfruta con los colmillos y las garras ensangrentadas.

Feliz 16 de marzo, buena gente.

Ortiz Remacha

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